Entrevista de Smashwords a Miguel D'Addario
Sí. Cuando tenía unos 14 años comencé a escribir unos apuntes filosóficos acerca de la evolución humana. Eran conjeturas Darwinianas, sobre la idea creacionista o la evolutiva. También, paralelamente escribía canciones que interpretábamos en una banda musical en la escuela. Yo no pensaba que alguna vez podría publicar algún libro, era simplemente por el placer de discernir ideas científicas.
¿Cuál es tu proceso de escritura?
Escribir es un modo de actuar y ser. Primero hay que vivir una situación, sentir una emoción y pensar en ello. Si es algo importante tendrá una marca más profunda. Luego es necesario recordar dicho acontecimiento, para comenzar a convertir dicha vivencia en un relato, sea poético, novela o incluso un instructivo académico. Es fundamental darle un sentido, una trama, y un desenlace. Uno escribe en cualquier lugar y parte del planeta. Siempre pensando que alguien leerá lo manifestado y que quizá le produzca satisfacción o rechazo. La escritura deja una impronta si tiene carácter de enseñanza y si fuera un poema tal vez deje una reflexión.
Leer es muy importante en la vida de un ser humano. Su evolución como persona, su desarrollo intelectual, emocional y sus actitudes, están relacionadas con lo que comprenda al leer. La imaginación es fundamental al momento de leer, no es posible comprender un texto sin imaginar. A pesar de la gente que compra libros para sacar a pasearlos. Personalmente leo poesía, cuentos, relatos, libros de textos; tanto en español, italiano o inglés. El idioma original es importante para comprender mejor a un autor. Nunca pude dejar de leer, desde que puedo hacerlo, leo.
Alguien dijo que cada día hay que crearlo. Eso es válido aplicado a la escritura. Cada oración hay que crearla día a día, momento a momento. Hay que pensar que un creativo siempre crea. Significa que es como encender el sol cada día, despertarse, levantarse y comenzar cada vez. Me inspira la posibilidad de las nuevas ideas, nuevos lectores, nueva gente. Cuando hay tanto para decir es importante los métodos, las formas. Porque la repetición aburre y cansa, y no deja lugar a nuevas creaciones literarias.
¿Recuerdas la primera historia que has leído y el impacto que tuvo en ti?
En la adolescencia llegó a mis manos un libro llamado “El tercer ojo” de Lobsang Rampa. Aunque en su momento fue como leer un género fantástico, tuvo mucha influencia en mi visión del plano místico. Es una obra particular, una forma diferente de conocer el despertar en la cultura de la India.
¿Cuál es la mayor alegría de escribir para ti?
Para mí escribir es crear. Es una herramienta, un recurso de comunicación, para decir lo que deseo transmitir. Seguro que muchos que escriben están alegres cuando publican sus obras; aunque creo que lo más importante no es ese acto de publicación, sino todo el proceso, y cada momento es una alegría, la posibilidad de la creación, del maquetado final, su portada, la publicación y venta de la obra. Pero seguramente produce alegría saber que alguien disfrutó o aprovechó el libro, o descubrió detalles relevantes que el autor utilizó para compensar su obra. La alegría de escribir está en el acto propio de escribir.
¿En qué estás trabajando ahora?
Actualmente trabajo en un poemario. Un libro extraño porque nace del contacto con una seguidora de las redes sociales, quien sin conocerme me cuenta una historia personal y profunda. Una historia de muerte y amor. Yo interpreté ese encuentro como un ángel que se acercó a contarme algo, y a dejarme un mensaje. Simplemente llegué a una conclusión y le dije: -Es a través del dolor por donde penetra la luz o la oscuridad; ella respondió algo y nunca más supe de ella. Y por eso decidí llamar a este libro: “Un ángel en mi portal”.
¿Qué técnicas de comercialización de libros han sido más eficaces para ti?
Personalmente he pasado por todas las formas de ventas. Desde lo más tradicional hasta lo más actualizado. Mi primer libro lo pagué yo mismo y los ejemplares que vendí llevaron mucho tiempo. Sin embargo ese primer libro hoy está en muchas universidades e incluso en la Biblioteca de Harvard y del Congreso de los Estados Unidos de América. Yo en mis conferencias relacionadas con publicación de libros propongo que los autores publiquen de todas las formas y maneras posibles. Soy consciente de que hay países que impiden que sus autores puedan publicar fácilmente sus obras, como los hay otros que dan muchas facilidades de publicación. En los primeros los autores se desaniman y dejan hasta de escribir, y en los segundos hay un excedente de publicación. Todo libro es posible vender, y todo escritor, independientemente de su tema o calidad, tendrá su lector acorde. Y también si alguien escribe es un autor aunque no publique sus obras. Hay muchos ejemplos al respecto. La perseverancia y la paciencia serán importantes para lograr objetivos de ventas. También es importante ser autocrítico e ir cambiando métodos. Y por último, darse a conocer en redes sociales y escaparates de todas partes.
¿Cuál es el futuro del libro y de los autores?
El futuro será diferente, todo lo que conocemos hoy desaparecerá. Leer será muy fácil y todo libro será digitalizado. Podremos leer libros en proyecciones holográficas que se harán desde el propio teléfono móvil. El papel estará en los museos, y donde más podrá utilizarse será en textos escolares. Publicar será muy fácil y el precio de los libros digitales será muy económico, donde toda la gente tendrá acceso a ellos. Bibliotecas digitales, centros digitalizados, puestos de venta de periódicos automatizados y digitalizados, bookstores en los teléfonos y en todas las escuelas habrá lugares especializados para leer. Los autores serán muchos más que hoy, de igual manera que una persona con un móvil es un potencial reportero, toda persona que sepa escribir podrá publicar tanto como hoy se publican vídeos en las redes sociales. El futuro será diferente, pero lo que no cambiará en los autores será la creación, el acto de la creación.
Lo más importante es no decaer y nunca dejar de publicar. Darse a conocer de mil formas y no creer en recetas mágicas. Sentir la escritura como algo inherente a cada quien. No hay señales ni luces ni nadie que sepa que sucede después de publicar un libro. Tampoco ser indeciso a la hora de publicar, simplemente lanzarlo al mercado y está bien. Paciencia, constancia y continuar creando, no hay más receta. Ser cuidadoso con los especuladores de turno y no dejarse engañar con castillos y promesas maravillosas. Escribir, publicar y de vuelta a escribir, más allá de los resultados.